domingo, 15 de febrero de 2009

Antonio Machado

¡Verdes jardinillos,
claras plazoletas,
fuente verdinosa
donde el agua sueña,
donde el agua muda
resbala en la piedra!...
(...)
Linda doncellita
que el cántaro llenas
de agua transparente,
tú, al verme, no llevas
a los negros bucles
de tu cabellera,
distraídamente,
la mano morena,
ni, luego, en el limpio
cristal te contemplas...
Tú miras el aire
de la tarde bella,
mientras de agua clara
el cántaro llenas.

(Soledades 1899-1907)